miércoles, 16 de enero de 2008

"Homónimo en Ecuador"

Según la Real Academia Española, Homónimo es una adjetivo “dicho de dos o más personas o cosas: que llevan un mismo nombre”. El tener un homónimo no es en principio ni bueno ni malo en general en todo el mundo menos en Ecuador. En este país ser homónimo de una persona juzgada y condenada tiene consecuencias perversas.
Los jueces ecuatorianos identifican a un delincuente juzgado y condenado sólo por un nombre y un apellido. No es que no sepan de él, su nacionalidad, cédula de identidad, fecha de nacimiento, domicilio, u otros muchos datos identificativos de una persona concreta, es que no los utilizan para hacer llegar la existencia del embargo de los bienes de una persona condenada a centros de tanta importancia para la seguridad jurídica y para la buena convivencia en un país como es el Registro de la Propiedad. Si usted tiene la desgracia de tener un nombre y un apellido igual que el de un delincuente, sus bienes serán embargados hasta que no solicite al juez emisor de la comunicación que diga que usted no es el delincuente. Mientras, habrá transcurrido un tiempo que le puede hacer perder un comprador del bien objeto del embargo si está en su proceso de venta y le costará un mínimo de 150 dólares realizar la tramitación. Las consecuencias económicas para el “homónimo del criminal” pueden ser muy importantes pero todavía más importante el descrédito de Ecuador ante cualquier inversor extranjero que de buena fe quiera instalarse en el país. La inseguridad jurídica que se genera por la falta de precisión en la identificación de la persona sobre la que recae el embargo es inconcebible.
¿Es que los jueces ecuatorianos no son conscientes del perjuicio que producen en personas inocentes este tipo de comunicaciones? ¿Es que los abogados y sus colegios de representación no conocen esta situación? ¿Es que los diputados que hacen las leyes nunca han sido informados de estos atropellos al principio jurídico de que el inocente no tiene que demostrar su inocencia?
Todas estas preguntas me las hacía yo hasta que un ecuatoriano de pro, curtido en las ineficacias jurídicas y administrativas me dio las respuestas. El sistema del homónimo está montado no para acusar al inocente, que es lo de menos, sino para que el culpable pueda por 150 dólares limpiar sus antecedentes. Sinceramente, no creo a mi amigo. ¿Cualquiera de ustedes tienen otra solución a mis preguntas?.

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